Si han cocinado y han encontrado el placer por oler, saborear, mirar, tocar y conocer diferentes comidas saben que el vértigo ante un nuevo elemento, una tradición desconocida, (...) nuevas posibilidades se abren y uno se encuentra preguntándose si la berenjena a la parrila no tiene una textura similar a determinado jamón crudo...Sin embargo, a veces uno y muchas veces otros, no pueden resisitir el vértigo y sienten rechazo a lo desconocido, no ya a aquello que se ha probado y descartado, sino a alimentos que nunca hemos ni olido.¿Puede uno sentirse calificado para hablar de una especie si no prueba otras? ¿Se puede opinar de una clase si se rechaza la otra? ¿Cuál es el riesgo tan profundo que se asume frente a la oportunidad de encontrar un nuevo placer y que lleva a decir que no? ¿Se queda uno con la eterna duda de a que sabía aquello que se ha dejado pasar? El riesgo es de los audaces, así como el triunfo: no parece tan grave tragar o escupir algo que será, como máximo, repugnante, como beneficioso experimentar un nuevo placer sobre el que volveremos.Milite por la experimentación culinaria.(afanado asquerosamente del blog "el cuerpo de cristo", firmado por J. Shusheim)
ninio.
3 comentarios:
me pareció buena la nota pero me dió un poco de asquito la foto.
esmeralda.m
Coincido con Esmeralda en que Vd e un poco sadico a no ser que se sienta "bife"
con miedo pregunto ¿"eso" es un bife?
Raúl
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